Segunda carta abierta a los jóvenes de mi generación

-Por Leo Katz- http://algundiatodoestoseratuyo.blogspot.com

Tengo 2 años y 3 meses y sigo tomando notas sobre temas que nos pueden servir en el futuro. Tenemos que pensar que hoy somos niños pero el día de mañana seremos padres. Aprendamos de los errores para no repetirlos. Mi papá tiene un problema y sé que no es el único padre al que le pasa: se olvida cómo hacen los animales. De repente está en el trabajo y tiene que dejar todo y llamarme.

- Hola Luana, ¿cómo estás?
- Bien.
- ¿Cómo hace el perro?
- Guau, guau.
- ¿Y el gato?
- Miau.
- ¿Y la vaca?- Mu.
- ¿Y la oveja?- Be.

Todos los días la misma historia. Digo yo, ¿no se los puede anotar en un papel? Está bien, es cierto que son muchos. A veces yo también me confundo y me cuesta recordar todos. Que, por ejemplo, me llame para preguntarme cómo hace el koala vaya y pase. Pero cómo hace el perro no te lo podés olvidar al día siguiente. ¡Ni un día se puede acordar cómo hace el perro! Además, ¿no puede preguntar en la oficina?

- Che, ¿alguien se acuerda cómo hace el perro?
- Uh, me mataste. ¿Querés que pregunte en otro sector?
- No, dejá. La llamo a mi hija que con esto la tiene reclara.

Suena el teléfono en casa. Es papá.

- Hola Luana, ¿cómo estás?
- Bien.
- ¿Cómo hace el perro?
- ¡Guau! ¡Guau! (No es tan difícil. Hace una semana que te lo vengo diciendo).

Al día siguiente vuelve a llamar y atiende mi mamá.

- Luana, ¿querés hablar con papá? (sigo jugando con mis chiches) No, no quiere hablar por teléfono.

¡Mentira! No es que no quiero hablar por teléfono. De hecho, me encanta hablar por teléfono. Disfruto hablar por teléfono. Pero subamos el nivel de conversación. Cuando seamos grandes recordemos anotar en un papel cómo hacen los animales para que no tengamos que pasar por estas situaciones y podamos conversar sobre otros temas.

1 comentario:

Anónimo dijo...

jajaja. Me gustó mucho.